Percibo a los niños con sus personalidades únicas y acepto y valoro su individualidad. Mi mayor preocupación es mantener una relación con el niño y la familia basada en la confianza, el aprecio y el reconocimiento.

Ya en el útero, un niño tiene la capacidad de luchar por la libertad, la autonomía y la autodeterminación.

La mayor preocupación de mi trabajo es permitir que los niños confiados a mí logren este objetivo a través de un apoyo integral y consciente.

Sigo incondicionalmente la idea de que los niños deben ser fortalecidos principalmente desde dentro. Para mí es de vital importancia crear una relación auténtica con el niño. Esto le ayuda a desarrollar su fuerza personal y la capacidad de vivir su esencia. Por lo tanto, necesitan una contraparte que se acerque a los niños y sus familias con interés abierto y sin juicios. Siempre trato de esforzarme mucho por comprender el significado de su comportamiento.